En 1984,
Bercovitch describe diversos factores que influyen en el proceso de
negociación, los cuales serán congregados en cuatro grupos:
1)
Factores de rol:
Engloban toda un serie de
presiones sobre lo que es esperable de una persona que ocupa un determinado
cargo o posición, y que condicionan enormemente las opciones disponibles a los
negociadores (Walton y McKersie, 1965), además de que transforman la usual
relación negociadora bipartita en una negociación multipartita puesto que las
dos partes pueden recibir presiones por cómo serán vistas sus acciones a los
ojos de terceras personas a las que puedan adeudar lealtad, compromiso,
responsabilidad, entre otros.
2)
Factores situacionales
En este apartado deberíamos hacer alusión a una serie de elementos tanto físicos
(tamaño y forma de la mesa, disposiciones de los asientos, iluminación, entre
otras) como sociales (número de partes, existencia o no de terceros, etc.) En
general, como ya dijimos, y en contra de lo que
suele creerse, la conducta humana depende más de las situaciones que de
variables personales, hasta el punto de que en situaciones similares personas
diferentes suelen comportarse de manera también similar.
3)
Factores interactivos
Estos son los factores que con más propiedad debe estudiar la
psicología social, pues son ellos los factores estrictamente psicosocilógicos,
es decir, aquellos que son a la vez, psicológicos y sociales. De ahí la
dificultad de estudiarlos adecuadamente. Me refiero a la percepción
interpersonal, a los procesos de comunicación, las relaciones de poder entre
las partes, etc.
4)
Factores personales
Aquí debemos incluir características individuales tales como
actitudes, expectativas o cualquier disposiciones permanentes que los
negociadores lleven consigo al proceso negociador y que determinan a menudo, la
orientación motivacional (cooperativa, competitiva, etc.) de los negociadores
además de servir como filtro en las percepciones de las conductas ajena y/o de
reforzadores de determinadas expectativas (véase Herman y Kogan, 1977; Rubin y
Brown 1975)
Más concretamente, para ser un buen negociador es necesario, según
Lebel (1990):
v Tener ganas de negociar
v Dedicar tiempo para prepararse
v Considerar positivamente a los otros
v Estar dispuesto a transigir
v No tener deseo de ejercer el
poder
v Saber hacerse respetar
v Tener sentido de la responsabilidad
v Admitir estar equivocado tanto como tener razón.
En todo caso,
aunque tanto el hombre o la mujer de la
calle como los propios psicólogos suelen dar más importancia a estos factores que a todos los
anteriores, aquí estamos defendiendo la postura contraria, según la cual en la conducta humana son más influyentes
los situacionales, los de rol y los de interacción, aunque desde luego, existe
siempre una estrecha interrelación entre los factores de los cuatro grupos. Estudiar esto es
justamente el propósito del enfoque psicosociológico o psicología social de la
negociación (Morley y Stephenson, 1994; Munduate y Martínez, 1993; Pruitt,
1983; Remeseiro, 1994; Sawyer y Guetzkow, 1965; Serrano y Rodriguez, 1993) además
podríamos añadirle los factores ideológicos, que inexcusablemente, se centrarán
en el fenómeno del poder y en la construcción social del conflicto.
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